Primero los Padres

Artículo "Retro"
Wednesday, Apr 9, 2008

En el tiempo que llevo trabajando como maestro me he dado cuenta de algo que cambió mi concepción acerca de esta profesión, a veces son los padres quienes necesitan ser educados para poder educar a sus hijos. Me ha tomado tiempo pero entiendo que esta es una realidad. Recuerdo un día que una madre me fue a preguntar el porqué yo le había “dado una F a su hijo”. Cuando le contesté que yo no le di una F me preguntó entonces quien. “Si su hijo no estudió para la prueba y no prestó atención durante las clases entonces la nota es un reflejo de esto”.-le contesté. La historia sigue y tiene otros detalles pero esa madre me llevó a la directora para acusarme por la nota que “le di” a su hijo. Al final nunca le retire la F pero en los trabajos que siguieron el niño mejoró en los trabajos que hizo. Recuerdo otro caso en que se citó a una madre para que supiera que su hijo estaba portándose pésimamente en el salón de clases. La conducta del niño era tal que en ocasiones impedía el poder trabajar con otros estudiantes. Lo primero que hizo la madre fue preguntar, “¿y como se portan los otros nenes?” Podría citar otros casos más y se que el que lee este artículo tendrá experiencias similares.



Me pregunté entonces como es posible que un padre o madre no sepa aceptar el desempeño de su hijo(a) en la escuela. Me pregunté que es lo que está pasando con los padres de hoy que entienden que los maestros estamos para facilitarles la vida. También me pregunté que es lo que pasa con los padres de hoy que prefieren primero defender a sus hijos antes que ver todos los ángulos del asunto y entonces emitir un juicio. No soy tan mayor pero recuerdo que mi madre me decía antes de ir a la escuela que respetara a los maestros y que si algún día recibía una queja de alguno de estos primero me pegaba a mí antes que quitarle la razón al maestro pues este era mi segundo padre o madre (dependiendo del caso). Me pregunto si hoy en día los padres son así. La respuesta es que la mayoría no los son.


¿Que es lo que ha llevado a una gran parte de los padres a ser defensores de sus hijos en vez de padres? Bueno por un lado tenemos que muchos de los padres de hoy son jóvenes que en su mayoría descienden de la generación que vivió el cambio en las leyes que hacían del Departamento de Educación más un centro de cuido que un lugar de enseñanza. Si, un centro de cuido, pues antes cuando un niño se portaba mal bastaba con un buen regaño o aplicarle alguna disciplina para que el resto del grupo aprendiera y el estudiante en cuestión lo pensara dos o más veces antes de volver a portarse mal. Ahora cualquiera de esas disciplinas que se utilizaban en el salón son consideradas “maltrato institucional”. No me tomen a mal en mi carácter personal no favorezco el castigo físico aunque recuerdo haber recibido un par de “yardazos”, pero, ¿que había de malo con sentar a un muchacho(a) en un rincón? Recuerdo que estar en el rincón era algo vergonzoso y muy pocos visitamos ese lugar en mas de una ocasión. Recuerdo que en una ocasión tuve que escribir más de quinientas veces “no volveré a hablar en el salón” y aquel castigo tuvo dos efectos, primero no volví a hablar en la clase de artes industriales, y segundo, mi escritura mejoró, hoy día soy maestro. Esta falta de métodos disciplinarios han hecho que a los estudiantes se les olvide que cada acto tiene consecuencias.


La falta de educación disciplinaria en las escuelas es lo que ha desembocado hoy día en lo que estamos viendo en las noticias: estudiantes que amenazan a los maestros; estudiantes agrediendo maestros; estudiantes agrediendo a otros estudiantes; estudiantes teniendo relaciones sexuales en las escuelas y grabándolas para luego transmitirlas por portales cibernético o compartirlas en sus celulares (eso es otro tema); padres que cuando son llamados a la oficina lo primero que hacen es negar que su hijo se porte mal; padres que les importa poco lo que pase en las escuelas; maestros que al ver esta situación prefieren no referir casos y llevar un laissez-faire en sus salones; directores que se encierran en sus oficinas para ver lo menos posible y despachan a los estudiantes ofensores con un simple regaño; un sistema educativo que al no aplicar disciplinas fomenta las conductas mencionadas anteriormente; una sociedad que va camino al desorden, a la anarquía, a su destrucción.



Tenemos entonces que comenzar a trabajar con los padres. Hace poco leí un libro que trataba sobre la disciplina en los salones y la primera parte decía que una solución al problema de disciplina era incorporar las reglas del salón al programa de enseñanza. O sea durante los primeros días repartir a los padres un papel que contenga las reglas del salón el cual estos firmen (esto me ha sido útil). Se sugiere el crear una serie de pruebas cortas que traten sobre las reglas del salón que cuenten como puntuación. Reunirse con los padres periódicamente y no solo para notificarles sobre la mala conducta es altamente recomendado. Acordar con los padres un programa de modificación de conducta en el que se trabaje en conjunto para que las consecuencias de las acciones del estudiante en el salón se sientan en el hogar. Repartir boletines periódicamente a los padres acerca de estrategias para trabajar con sus hijos y ayudarlos en la escuela. En fin hay que enseñar a los padres a ser padres, a tomar responsabilidad por sus hijos, a no ver la escuela como un cuido donde dejo el nene en la mañana y lo recojo por la tarde, a envolverse en el proceso educativo.





Michael D. Castro Collazo (Prometeo)