Hace varios años atrás leí sobre lo que es el efecto Pigmalión. El efecto Pigmalión debe su nombre a una leyenda relatada por Ovidio, en la que su protagonista era el rey Pigmalión. Este rey afirmó que no se enamoraría de ninguna persona que no fuera perfecta. Como la mujer perfecta no existe, esta búsqueda causaba mucha frustración a Pigmalión. Por ello, tomó la decisión de dejar la búsqueda y de comenzar a crear esculturas de mujeres.
Una de estas esculturas se convirtió en su mejor obra, con una belleza tan perfecta que Pigmalión acabó enamorándose de ella, llamándola Galatea. Pigmalio comenzó a actuar con esta escultura como si la mujer fuera real, colmándola de atención, mimo y cariño. Tanta fue su dedicación con la escultura que, al final, esta se convirtió en una mujer de carne y hueso.
El efecto Pigmalión se conoce como la influencia que tienen las creencias de otras personas sobre nuestras propias capacidades y sobre lo que podemos o no lograr. Por eso es muy importante que cuidemos de nuestras palabras cuando hablamos con las demas personas. En especial los niños. Yo siempre le decía a mis estudiantes "I believe in you" y ellos me respondían "I believe in me" al inicio de cada clase.
Pero habiat un estudiante en particular que yo sabía que podía dar más. El no era bien hábil en los deportes pero en mis clases sacaba C y B, muy rara vez sacaba A y llegó a sacar una F. Un dia el papá llegó molesto por las notas de su hijo. Yo le dije que si su hijo se aplicaba a la escuela de la misma manera que lo hacía en el deporte subiría las notas. Pues el muchacho no se aplicó. Siguió igual.
Una dia hice algo que solo hice con ese estudiante. Quise probar el efecto Pigmalión en el próximo exámen. En ses exámen sacó una C. Pero yo le puse "A". Cuando se lo entregué (sin discutirlo) lo felicité y le dije que lo felicitaba por su esfuerzo. En el próximo examen sacó B pero yo le coloqué una A y volví a felicitarlo.
Adivine que pasó en el próximo exámen. Sacó A el solo. Y luego de eso siguió sacando A y B en las pruebas y exámenes. El efecto Pigmalión tuvo resultado. El chico comenzó a creer que el podía sacar A y lo logró con hacerle creer que había sacado A. Yo sabía que había un riesgo de que creyera que fue suerte y no se esforzara y luego se caería en las otras pruebas pero el experimento salió bien y el estudiante también.
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