EDUCADORES(AS) POR LA DEMOCRACIA, UNIDAD, CAMBIO, MILITANCIA Y ORGANIZACIÓN SINDICAL
COMUNICADO A LOS MEDIOS
OTRO REGALITO DEL SECRETARIO CHARDÓN
En plena “Semana Educativa” el Secretario Carlos Chardón envía su más
reciente regalo al magisterio: un memo donde se da a entender que hay que
presentarse a la escuela el “Día del Maestro”. Es de conocimiento general que por
décadas, ese día se cede para que cada maestro o maestra y personal de apoyo,
disponga del mismo para actividades que han ido desde la protesta ante el
Departamento de Educación hasta la celebración de actividades de socialización en las
escuelas o distritos. Además de evidenciar una vez más su menosprecio hacia el
magisterio, los patronos evidencian que cuando afirmaron que la Ley 7 no impactaba al
personal que ofrece servicios directos al estudiante, estaban mintiendo. Lo mismo ha
ocurrido con la aplicación de esta ley a través de la carta 27 de organización escolar
afectando miles de nombramientos transitorios y eliminando por decreto nuestros
derechos. El memorando del Dr. Chardón constituye otra falta de respeto al magisterio
de nuestro país. Tan pronto nos envía una directriz irracional o ilegal como nos dice
que tenemos una “guachafita” en las escuelas. Es un intento tras otro por arrebatarnos
derechos, menospreciar nuestra labor, amedrentarnos y afectar negativamente el
proceso de enseñanza-aprendizaje.
Hace varias semanas el mismo Secretario hacía llegar unas 25 mil cartas
aplicando la definición de “antigüedad” de acuerdo a la Ley 7 para luego admitir que se
trataba de un error. Acciones como esta, desestabilizan el sistema educativo pues
siembran el desasosiego entre los trabajadores y trabajadoras de la educación,
aumentando la tensión en los planteles y la sensación de que la educación, los
estudiantes y el magisterio estamos en manos de una persona a quien no le importa
para nada nuestro sistema educativo y de quien se puede esperar cualquier cosa.
Se trata del mismo Secretario que en diversas ocasiones ha afirmado que las
Pruebas Puertorriqueñas no sirven, pero las utiliza para justificar sus decisiones contra
nosotros (as), alegando que por ofrecer dichas pruebas, le dan $500 millones en
fondos federales. Para el Dr. Chardón lo importante es complacer a los federales por
dinero, aunque se impongan visiones, metodologías, y currículos que en nada ayudan
a mejorar la educación puertorriqueña. Por eso, su intento de aplicar continuamente la
llamada Ley 7 en nuestra agencia, a pesar de haberse dicho que el sistema educativo
está exento de su aplicación. En última instancia, todas estas medidas van dirigidas a
menoscabar la escuela pública para complacer a los bonistas y privatizadores
promoviendo la privatización en nuestro sistema educativo.
El magisterio debe ir tomando nota de todas estas acciones patronales para que
en su momento las paremos en seco. Hay mucha indignación entre los trabajadores
(as) de la educación. Nuestro llamado es a superar los temores y convertir la
indignación en lucha organizada. Este viernes, celebremos nuestro día expresando
nuestro rechazo al memo del Secretario y a las otras acciones que ha estado
implantando el patrono. Ya sea con expresiones de luto, con protestas en el plantel,
con boletines de orientación o ausentándose, pero de alguna manera debemos en lo
inmediato hacer saber nuestro descontento. Hay que fortalecer la participación en las
actividades convocadas por el movimiento obrero para detener la embestida patronal
que ya se ha echado a andar. Demostremos que también como parte de la clase
trabajadora podemos echar a andar para acabar con la “guachafita” del Secretario y
lograr nuestras metas y reivindicaciones.
Eva L. Ayala Reyes
Portavoz Grupo EDUCAMOS
5 de mayo de 2009
787 644 7034
3 comentarios:
Soy maestra. ¡Basta de insultos!
Como maestra, tengo que realizar varias labores, pues además de comprar pintura para mi salón, tengo que quedarme después de clase o ir un fin de semana para pintarlo. Tengo que tener productos de limpieza pues en las escuelas casi nunca hay. El papel sanitario es fundamental, ya que son muchos los niños que nos lo piden para ir al baño. Si la llave de el salón o el candado se pierden (por motivos ajenos a mi) tengo que ir corriendo a comprar uno que tenga varias copias, pues una de ellas se tiene que quedar en la escuela.
A esto hay que añadir ,que tengo que sacar de mi dinero para las copias de los exámenes, pues en la escuela casi nunca hay papel ni tinta. No puedo dejar de mencionar el echo de tener que comprar lápices y sacapuntas entre otros materiales, para esos niños que sus padres no le compran.
Soy maestra y tengo que hacer de papá y mamá con niños carentes de afecto. Además de ser psicólogo con los estudiantes, tengo que serlo con los padres y madres, escuchando sus problemas de pareja, divorcios, y maltratos. Tampoco hay que olvidar las amenazas de padres, los insultos e incluso agresiones, no sólo de padres, también de algunos estudiantes.
Tengo 130 estudiantes, y debo conocerlos a todos por sus nombres y apellidos, mantenerlos atentos, en silencio y sentados. También tengo que motivarles, orientarles y en ocasiones hasta enseñarles modales de cortesía. Todo eso sin perder la paciencia, ni cometer errores, pues los maestros tenemos que ser perfectos. Finalizado el día de trabajo, al llegar a mi casa, luego de cumplir con mis obligaciones de madre y esposa, tengo que esperar que mi niña de dos años se duerma para luego sentarme hasta altas horas de la noche a plantificar la clase, preparar el material y corregir exámenes.
Cooperamos con nuestro tiempo y dinero para las actividaes de la escuela (semana educativa, graduacion, día de juegos, cuadro de honor, navidad, día de la secretaria, día de el bibliotecario, empleados de comedor, entre muchos otros) pero no debemos esperar un agradecimiento o un reconocimiento por toda la labor hecha, además de hacer de padre, madre, psicólogo, cuidador, enfermera, educador, policía, y abogado... no merecemos un “gracias” por la labor realizada, ya que para eso nos pagan y sobre todo, para eso tenemos dos meses de vacaciones y días feriados.
Reto a las personas que se llena la boca con insultos hacia nosotros, que trabajen un día como ayudantes en un salón. No como maestros, pues además de salir corriendo la profesión les quedaría muy grande.
¡Soy maestra por vocación, y amo mi profesión!
J. Díaz
Jessica:
Me hago eco de tus palabras. Gracias por tu visita y el comentario.
Adelante y éxito.
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